Impresión. Tinta sobre papel, 47 x 36,6 cm
Artista tan peculiar como fundamental, Mirtha Dermisache construyó durante casi medio siglo una obra centrada en la reflexión sobre la escritura. Como muestran estas dos obras, se dedicó a dibujar letras y palabras para, a partir de ellas, explorar las posibilidades de una escritura ilegible. Dermisache escribió la imposibilidad del texto, la forma de la incomunicación que acecha y es condición de posibilidad de cualquier comunicación escrita, es decir, de ese milagro que ocurre cada vez que a través de una serie de formas reconocibles nos conectamos con otra inteligencia distante en tiempo y espacio. Asémica, desnuda de toda referencia y significado, la escritura de Dermisache es puro cuerpo, pura grafía, pura mímica de forma y de soporte, capaz de copiar el formato de la carta, del libro, etc. En estas dos obras, la artista vuelve a la escena iniciática de toda escritura, aquella donde aún es plenamente dibujo, y como los niños, ella también imita palabras arrastrando la punta de sus dedos entintados sobre el papel.
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Historial de la obra:
(2022) Ingreso a la colección