Desde el video, con el entusiasmo del investigador cinéfilo, Joaquín Aras ha construido una obra sobre el cine, sobre sus condiciones y sus modos de narrar, que se apropia de la sala de arte como espacio de exhibición. En sus orígenes, antes de abordar con técnicas documentales la reconstrucción de episodios olvidados de la cinematografía nacional, creó videos inspirados por una sensibilidad afín a algunos de los códigos que ordenan cognitivamente al arte contemporáneo: conceptualismo, absurdo, torpeza técnica, humor o juegos de referencias. En El árbol vemos al artista deambular en un idílico paisaje alpino, el mismo que inspiró a pensadores y a artistas sus obras más profundas, deteniéndose aquí y allá, “camuflado” detrás de una simple rama. Una coreografía absurda que rememora una escena frecuente en los dibujos animados.