“Me gusta pensar que pertenece más a una práctica que a una serie con principio y fin. Desde 2012 desarrollo un abanico de acciones, gestos y proyectos alrededor de una misión utópica: el regreso de las mariposas a la Ciudad de Buenos Aires. Su ambición me permite articular y ensayar toda clase de estrategias de reconstrucción, preservación y regeneración tanto en relación a la naturaleza como al entramado social. Utilizo, de acuerdo al contexto, recursos y metodologías de disciplinas tan diversas como la investigación histórica, la educación, el paisajismo, el activismo tanto ecológico como afectivo o la biología para repensar nuestra identidad paisajística y para trabajar sobre la fragilidad y el equilibrio de este tejido natural devastado, siendo las mariposas los indicadores más sensibles de la salud de un ambiente y, por ende, su potencial regreso, una sanación, una herramienta pedagógica sobre el ecosistema nativo y un hecho estético y poético”.
“La obra surgió a partir de una invitación a pensar qué forma específica podía tomar esta práctica-investigación (casi militancia) sobre el ecosistema nativo, en el jardín de la Colección. La primera propuesta era muy escenográfica. Me parecía tan deslumbrante y performático el proceso de metamorfosis de la mariposa, que cualquier intervención objetual no podía ser más que una prótesis para la mirada. Un señalamiento. Me gustaba retomar cierto legado de obras como Señalamiento de 3 objetos de Lamelas o Coordenadas espaciales para un cubo de aire de Juan Pablo Renzi para indicar estos rincones de profunda actividad transmatérica. El jardín entonces se construyó a partir de la creación de estos epicentros de transformación del insecto, que a su vez garantizan su supervivencia y reproducción, y se organizó en tres sectores/escenarios cromáticos, cada uno destinado a reintroducir y reproducir una especie específica de mariposa. En estos dos años de vida, y a medida que las plantas van creciendo y tomando sus propias decisiones, el jardín fue perdiendo su carácter escenográfico para convertirse en un espacio no estanco de experimentación. El señalamiento se fue corriendo del adentro hacia el afuera del jardín. Los objetos que están actualmente en proceso de producción tienen que ver más con dirigir la mirada hacia la potencialidad que tiene de multiplicarse por fuera del espacio privado, para pensar al proyecto y a la idea de coleccionismo en un centro expansivo o germinal de una idea, de una comunidad o de la transformación en sí misma. Algo así como una metáfora de preservación y difusión de una ecología cultural”.