Años vertiginosos

A comienzos de los años 2000 Miguel Mitlag (Buenos Aires, 1969) iba definiendo su búsqueda conceptual y expandiendo sus ámbitos de intervención: obtuvo la Beca Antorchas, uno de los programas más productivos entonces, y luego, en 2003, la Beca Kuitca, otra instancia medular en la transformación acelerada del campo artístico en ese momento¹. En aquella cuarta edición del programa, Mitlag compartió esta escena de producción y formación con artistas como Diego Bianchi, Leopoldo Estol, Guillermo Faivovich y Cecilia Szalkowicz, entre otros. Fueron años intensos y vertiginosos, aún eran evidentes en el espacio público y en las prácticas sociales las fuertes secuelas de la crisis de 2001. Mientras tanto, el ascenso de Néstor Kirchner a la presidencia cambió definitivamente el convulsionado clima político². En la esfera de las artes visuales se percibía una creciente conciencia de la profesionalización artística, una mayor valorización del mercado primario, que beneficiaba el intercambio de obra contemporánea, y una vocación por parte de los artistas, pero también de otros agentes del campo, por impulsar una agenda cada vez más internacionalizada que contrastaba con algunos proyectos más replegados sobre la escena nacional, como el del Centro Cultural Ricardo Rojas liderado por Jorge Gumier Maier en la década anterior. (+) seguir leyendo