Colección Oxenford INVESTIGACIÓN / ENTREVISTAS / Miguel Mitlag Monumento marrón, 2000

“En ese momento empezaba a construir espacios y a fotografiarlos. Ya venía fotografiando situaciones o espacios, pero con esta obra directamente los empecé a construir yo. Me gustaba jugar un poco con esa idea de exaltación de algún momento, de rememoración, que es un poco a lo que apunta el monumento. Mantiene en la memoria un momento. Por otro lado, siempre trabajé sobre lo cotidiano, lo experiencial. Entonces me gustaba, de una manera un poco irónica o informal, hacer un monumento a lo presente. Un monumento a un instante cotidiano, con esos objetos musicales en un ambiente cálido, con el almohadón y la cortina por detrás. Y también, construir esa cosa monumental y armarla, en vez de hacia arriba, hacia abajo. Sobre el piso, más que sobre un pedestal o algo elevado. Además, jugar un poco con la idea de que no fuera algo conmemorativo”.

“Trabajaba con lo que tenía a mano. Lo iba armando para la fotografía, también. Todas esas construcciones eran efímeras, se desarmaban, pero la fotografía me permitía que esa instancia de maqueta, de escenario o de situación medio precaria, se fijara, se hiciera imagen automáticamente”.

“El marrón es medio setentoso, te remite a esa época. Es un color no muy ‘agitero’. Así que también jugaba con eso: hacerle un monumento a un color que tiene muy poca gracia”.

“La realidad es que básicamente trabajo con una cámara analógica. Después, son fotografías que escaneo y hago un poco un filtraje de colores, pero sin trastornarlos ni deformarlos. No altero el color, lo realzo directamente. No hay una transformación de la imagen ni de los elementos”.

®Miguel Mitlag

Monumento marrón, 2000. Fotografía color, copia Lambda, 68 x 62 cm

 
<
>