“La serie Las muertas está integrada por una serie de fotos que hice durante los años 2012 y 2013. Se exhibió en la galería Catena en el año 2013 y son fotografías de la antigua cartelería de la Ciudad de Buenos Aires; más precisamente de Once, Recoleta, San Nicolás, Microcentro, Palermo y así. Son fotos que dejan ver palabras. La colección tiene siete de estas obras, pero la serie entera es de treinta y seis”.
“Estuve diez años fotografiando la ciudad y una cosa me fue llevando a la otra. Empecé fotografiando edificios, después vi que esos edificios tenían la firma de un arquitecto o de un ingeniero, y también las fotografié. Veía la inminente demolición de un inmueble y aparecían cosas por detrás”.
“Pese a que Buenos Aires es un estándar de la fotografía argentina, notaba un olvido -un desdén- hacia las zonas de la clase media; veía detalles que de tan presentes se hacían invisibles. Creo que el espíritu de mi trabajo en Las muertas, o en la serie Portfolio Buenos Aires, está signado por documentar esa ciudad, donde lo evidente es notorio y desapercibido a la vez”.
“No me interesa el instante decisivo ni la gran proeza fotográfica, así como tampoco los grandes tamaños de las copias; de hecho, cada foto apenas es más grande que la página un libro. Es la calle quien me va señalando hacia donde ir; no creo que para hacer una gran fotografía haya que viajar y demás. Me interesa lo disponible y la fotografía es amiga de lo que ya está ahí, precisamente por nacer al mismo tiempo que la ciudad moderna. Ese momento histórico en el cual el pueblo se transforma en ciudad, cuando nace también la figura del detective privado. Es el origen del presente anónimo, donde vos no sabés quién es tu vecino o tu vecina; ignorás lo que te vas a encontrar a la vuelta de la esquina: si una promesa o una amenaza. La ciudad se torna autónoma y se va construyendo a sí misma como un organismo que se va multiplicando, un espacio ideal para la cultura, para las palabras y la cartelería que a nadie le habla”.
“Las muertas fue un trabajo de mucha edición. Creía que estaba fotografiando carteles, pero estaba fotografiando apenas una zona de esa trama mayor. En esos mismos rollos tengo perspectivas, paisajes y demás vistas que después se convirtieron en otras cosas, resucitaron esas imágenes que tenía tan férreamente atadas a otro concepto”.
“Ocurrió lo contrario de lo que se puede llegar a esperar en fotografía, tan asociada a un congelamiento, a lo rígido, a lo duro: a la muerte. Apareció una imagen latente, viva”.