“Partía de la propuesta de investigar en relación con la comunidad. Aparecería la cuestión del borde y del límite con el otro. Por un lado, hay un encuentro mediante un abrazo con otra persona, que no tiene título. Por otro lado, está el tema de la lavandina, los fluidos y lo que pasa con esos materiales donde hay un traspaso, donde un elemento le hace algo a un cuerpo. Es un aguafuerte activa que deja una marca en el textil. En el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires [MAMBA], realizaron la performance dos parejas, y cuando se descubrían las manchas, había algo muy lindo porque se veían amaneceres o atardeceres. La mancha se iba moviendo en el tiempo, iba cambiando: primero pasaba por unos naranjas, después por unos amarillos. No era fija. Hay algo en relación al tiempo y al efecto que va teniendo un material en el otro que tiene algo de un experimento. Es como una escritura que queda en el cuerpo del otro”.

“Es una excusa para el encuentro. Todas esas obras que salen del programa de artistas de la Universidad Di Tella tienen que ver con un encuentro, como Hable adentro de la boca de otro, que surge de unos videos sobre los inuits, sobre los cantos y algo sobre la boca como un límite entre el afuera y el adentro. Es el borde, el frottage que se genera en el espacio entre dos torsos y un fluido que pasa de una materia a otra. Trabajábamos sobre eso y sobre los vínculos, las categorías y los títulos de las relaciones. Por eso me gusta que esta obra no tenga título. Sin título (Abrazo) quiere decir ‘es eso: un abrazo’. Es un abrazo sin título. No importa qué es ni qué tipo de relación tienen, ni entre quiénes, ni de qué sexo. Es como dejar una pregunta un poco política sobre ese encuentro. Es un encuentro que implica un compromiso, una emotividad. Hay un ritual, hay un gesto que requiere una presencia, un acercamiento con emoción y compromiso. No es la búsqueda estética de la forma que quede, sino inventar el procedimiento, aunque está bueno que cada vez que se haga, va a salir algo diferente”.