En “Cuidado con la pintura” A.K.A. La (o mi) Peralta Ramos (2011), Alejandra Seeber no solo presenta una advertencia: su título es también una protesta y una cita que le permite reflexionar sobre el estatuto de la pintura en el arte contemporáneo.

En un óleo de gran formato, la artista representa a escala casi real un espacio interior neutral y anónimo: la esquina de un cuarto de piso oscuro y paredes claras. Podría ser un museo, un galpón, o una casa vacía. La esquina, en primer plano, reúne dos paredes en las que hay pinturas, en la de la izquierda, un lienzo blanco con la frase “cuidado con la pintura”, citando una obra de Federico Manuel Peralta Ramos, y en la de la derecha, un plano amarillo con degradé a naranja fluorescente, que se expande alrededor del lienzo como si se esfumase o derritiese desde el marco. La pintura naranja gotea al piso y forma un charco de pastosa materialidad y formas orgánicas, incluyendo ojos, restos de ese cuerpo pictórico descompuesto. (+) seguir leyendo