Colección Oxenford INVESTIGACIÓN / ENTREVISTAS / Diego Bianchi La bestia, 2012

“El devenir de una pieza es siempre un enigma. Esta escultura era una especie de presencia, una figura blanda, sugestiva, misteriosa que formaba parte de una instalación poblada de esculturas de cemento. Si bien cada una de ellas atrapaba o era el soporte de objetos nimios y frágiles, se alzaban con decisión y firmeza y se constituían claramente como objetos escultóricos. Esta pieza por el contrario generaba curiosidad por su indefinición, por ser incomprensible, indescifrable, ominosa. Me resulta paradójicamente interesante que por escapar de las categorías finalmente se transformó en la única escultura que se conservó de todo ese grupo”.

La bestia, 2012. Pelo natural, papel, telgopor y brea, 160 x 130 x 130 cm

 
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